Como muchas personas por estos días me animo a escribir sobre la actuación de Cuba en el Clásico Mundial, pero lo haré sin el apasionamiento de un fanático decepcionado, ni el pesimismo de un detractor agazapado, me gusta la pelota, la que se juega con calidad y ello no me deja cerrar los ojos ante el detrimento del deporte nacional.
En esta ocasión habían muchas esperanzas cifradas en las posibilidades del equipo, el cual tuvo una preparación sin precedentes para una selección nacional y de la cual no disfrutó ninguno de los restantes conjuntos envuelto en la competición, aún así, llegando en la mejor forma al certamen, no fue suficiente para llegar a San Francisco.
Porque? Sencillo, ni Yuliesky, Ni Víctor. No somos el primer ni el cuarto mejor equipo del mundo, en los dos Clásicos recientes hemos quedado en el lugar que tenemos a nivel mundial.
Víctor hizo promesas, buscó objetivos, trazó estrategias, pero lamentablemente no sirvieron para resolver un problema viejo, severo y sobre todo minimizado a veces, por quienes no quieren, o no les conviene decir que la pelota cubana esta hecha talco.
Holanda nos ha ganado 5 de los últimos 6 juegos y para nada este es un resultado que evidencia el ascenso de la pelota holandesa, esa es una muestra del nivel de los jugadores de ese país, muchos de los cuales juegan o se han desarrollado en ligas foráneas.
El Cuba si fue reflejo de nuestra liga, inestable, con muchas lagunas en el pitcheo, con infinidad de errores mentales y técnicos, y para aspirar a estar entre los cuatro grandes del planeta, necesitamos resolver esos problemas, no se puede aspirar a sacar un equipo sólido de una liga que no lo es.
Víctor quiso ir a Asia a copiar estilos de juego que nada tienen que ver con los que fundaron nuestra pelota, el juego chiquito no existe, existe el juego de pelota, ese donde a veces necesitas un toque de bola y en otras un batazo fuera de los límites, esa no es la solución, hace muchos años Japón era para nosotros un rival asequible, que se vencía sin muchos contratiempos, hoy es un rival superior, al que podemos vencer, pero haciéndolo todo perfecto, pues su trabajo sólido e inteligente les ha puesto bien cerca de la excelencia.
Sus jugadores participan en las principales ligar del planeta y a su vez en la suya aceptan a quienes tienen interés y calidad para jugar allí, esa es una de las cuestiones que debemos analizar con detenimiento, sin poner en riesgo la Serie Nacional y al mismo tiempo permita obtener los resultado que queremos.
Víctor buscó armar un equipo con todas las de la ley, sus intenciones fueron las mejores y no quiero evaluar sus métodos, pero la pelota trae un mal de fondo que en mi criterio no se arregla con estructuras nuevas, con más topes o estudiando estilos, considero que esa batalla se gana trabajando, con mayores y mejores condiciones, provocando el contacto con las mejores ligas, esas donde los jugadores adquieren el oficio y la maestría que hoy le falta a los peloteros cubanos.
Ale me gusto mucho tu analisis, realmente la pelota cubana tiene que cambiar desde la forma no solo de jugar sino de la forma de pensar de los jugadores. Por experiencia propia tuve la oportunidad de jugar en cuba y fuera de ella y te puedo decir que el beisbol va mas aya de pararse en el home y pegar un home run o de treparse en la loma y tirar nueve entradas sin anotaciones. No se trata de crear un nuevo estilo de juego se trata de adaptarse a los cambios, no solo dentro del pais, sino fuera de el. Pudieramos habar sientos de hora sobre el tema… pero no creo que cumpla ningun objetivo. cuidate